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El Nuevo Nacimiento “Justificacion y Regeneracion”

July 19, 2012

De acuerdo a la Biblia, ¡todo cristiano es un milagro andante! Es un nuevo hombre con un nuevo corazón. En resumen, no es nada menos que una ¡completa creación nueva! Pero “lo nuevo”

de la regeneración no para allí. La regeneración es también un nuevo nacimiento.

 

Nuevo Nacimiento

 

“Respondió Jesús y le dijo: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo ya viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? Jesús respondió: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te asombres de que te haya dicho: ‘Os es necesario nacer de nuevo.’ El viento sopla donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.”

Juan 3:3-8

 

En esta porción de las Escrituras, encontramos algunas de las palabras más maravillosas e instructivas dichas por el Señor Jesucristo. ¡Es aquí que aprendemos que convertirse es “nacer”

por segunda vez! Al describir a la regeneración en estos términos, nuestro Señor dirige la atención a varios aspectos importantes de  la misma.

 

El Nuevo Nacimiento es Radical

 

¡Nada puede ser de tal alcance o tener mayores implicaciones para nosotros que nuestro engendramiento y nacimiento! Cuando somos engendrados y nacemos, comenzamos a existir y a

vivir en el reino natural, y desde entonces ¡ya nada es lo mismo para nosotros…por siempre! Así es en el reino espiritual: Cuando “nacemos de nuevo”, comenzamos a existir y a vivir en el mundoespiritual, y para toda la eternidad nada será igual para nosotros.¡Aleluya! Ser “nacido de nuevo” es comenzar a existir. En breve, el nuevo nacimiento no es algo que añadimos a nuestras vidas;¡es vida! ¡Comenzamos a vivir! En otras palabras, ser nacido de nuevo no es obtener algo que no teníamos antes; es convertirse en algo que nunca fuimos. El nuevo nacimiento está a la raíz denuestra existencia como cristianos.

 

El Nuevo Nacimiento es un Nacimiento Real

 

El nuevo nacimiento no es como un nacimiento; ¡es un nacimiento! Tome nota de las palabras de nuestro Señor en el vs. 6: “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.” El nuevo nacimiento es un verdadero nacimiento. ¡Del modo que algo carnal nace en el nacimiento físico, así también algo espiritual nace en el nacimiento espiritual! “Lo que es nacido…espíritu es.” En este nacimiento, es Dios quien nos engendra; somos “engendrados de Dios.” “Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.” 1 Juan nos dice que la “simiente” (Gr. esperma) de Dios permanece en aquellos quienes han sido nacidos de Dios. En las palabras de Pedro, hemos llegado “a ser participantes de la naturaleza divina” 2 Tal terminología es tan explícita que no nos atreveríamos a usarla a no ser que sea una enseñanza directa de la Palabra de Dios. La realidad del nacimiento nuevo tiene implicaciones tremendas: Primero, nos muestra por qué un verdadero cristiano no vive en el pecado. Juan nos dice en el versículo citado anteriormente, que un cristiano “no puede pecar.” (Ver Apéndice B). La razón por la cual un cristiano no puede pecar se origina en su nuevo nacimiento y la naturaleza divina que reside en él: “Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.”

 

1 1 Juan 3:9 2 2 Pedro 1:4

 

El cristiano tiene la naturaleza de Dios en él y por consiguiente no soporta vivir de la forma que solía vivir. Todo verdadero creyente que trata de volver a su vida anterior, encontrará que no puede hacerlo. El pecado está en contra de su naturaleza; lo odia. Segundo, de la realidad del nuevo nacimiento, aprendemos como todo verdadero cristiano debiera verse a (pensar acerca de) sí mismo. El cristiano ya no es un pecador1, sino un santo.2 Nuevamente, esto no quiere decir que el cristiano nunca peca, o que a su carne no le atrae el pecado, pero que su verdadera naturaleza —lo que es en su profundo ser—ama a Dios y la santidad. Esto está ejemplificado en el hecho que todo verdadero

cristiano se siente miserable y entristecido cuando peca. ¿Por qué se siente miserable? Precisamente porque su verdadera naturaleza ama a la santidad. ¡Amado santo! No dejes que el diablo te diga que eres malo y que como cristiano no vales nada. ¡Tú eres un hijo de Dios: “santo y amado” 3 a Sus ojos! ¡Su propia naturaleza (“simiente”) vive en ti, y tú llevas el parecido de la familia! El nuevo nacimiento es un nacimiento real.

 

El Nuevo Nacimiento es Soberano

 

El nuevo nacimiento depende básicamente de la voluntad de Dios, no de la voluntad del hombre. Todos los que han nacido de nuevo “no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni

de voluntad de varón, sino de Dios.4 El Señor Jesús clarifica esto en el versículo ocho: “El viento [Griego pneuma: viento, Espíritu, aliento] sopla de donde quiere.” ¡El viento sopla de donde quiere! Ningún hombre lo dirige, controla, o para. Así también, el Espíritu de Dios sopla donde

Él quiere. Esto significa que la persona más improbable puede ser salva. Ni el corazón más duro, ni la voluntad más testaruda puede impedir al viento soplar. Si había una persona que la primer

iglesia sabía que no podría ser convertida, era Saulo de Tarso. Pero las cosas que son imposibles para los hombres, son posibles  para Dios.5 Una ráfaga del Espíritu de Dios y el hombre que

 

1 Lucas 6:32-34 2 1Corintios 1:2; Efesios 5:3 3 Colosenses 3:12 4 Juan 1:13

5 Lucas 18:27

 

antes “respiraba… amenazas y muerte” 1 contra los creyentes, es ahora un manso y humilde discípulo de Cristo, preguntando: “¿Qué haré, Señor?” 2 El nuevo nacimiento es siempre un trabajo soberano de Dios: “Así es todo aquel que es nacido del Espíritu.”¿Por qué soy yo un cristiano y mi vecino no? Hay solo dos posibilidades: O la explicación yace en el hombre (“Yo fui más receptivo; yo no tenía un corazón tan duro; yo busqué a Dios por mi propia iniciativa.”) O la explicación yace en Dios (“Él eligió ‘soplar’ por Su Espíritu, ablandándome el corazón endurecido y haciéndome receptivo a Su llamado.”) La Biblia dice claramente que esta última alternativa es la correcta: “Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.” 3 En nuestro estado natural, “No hay quien busque a Dios.” 4 “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo.” 5 Como en el valle de los huesos secos, “Dios nos ha dado aliento para que vivamos” 6.

La única razón por la cual somos cristianos, es porque el viento de Dios soberanamente sopló en nuestros corazones. ¡Yo no tenía la menor idea cuando me levanté el día de mi conversión, que al acostarme esa noche sería una nueva criatura en Cristo Jesús! Yo no “buscaba a Dios”; Dios no estaba en mis pensamientos;“No había temor de Dios delante de mis ojos.” 7 Pero al fin del día, un milagro había ocurrido, y cuando me acosté esa noche, estaba lleno de esa paz “que sobrepasa todo entendimiento” 8 y ese “gozo inefable y glorioso” 9. El viento sopla de donde quiere.¡Aleluya!

 

El Nuevo Nacimiento es Conocido

 

Siempre se conoce el trabajo del Espíritu Santo en la regeneración: “El viento sopla de donde quiere, yoyes su sonido.” (vs. 8) El viento siempre tiene movimiento, vida, energía, sonido.

Este movimiento puede venir en la forma de un temporal fuerte que aplana todo en su camino, o en la forma de una brisa suave

 

1 Hechos 9:1 2 Hechos 22:10 3 Romanos 9:16 4 Romanos 3:11 5 Efesios 2:4-5

6 Ezequiel 37:1-10 7 Romanos 3:18 8 Filipenses 4:7 9 1 Pedro 1:8

 

que causa que una hoja se meza en la rama, pero siempre hay movimiento. Así es con el Espíritu de Dios. El movimiento del Espíritu de Dios es evidente por los efectos que produce. A veces el Espíritu Santo viene como un temporal arrastrando a tres mil personas al reino de los cielos en un solo día.1 Otras veces viene como una brisa suave abriendo el corazón de una persona para responder al evangelio.2 Pero, el movimiento del Espíritu de Dios siempre se conoce: “Así es todo aquel que es nacido del Espíritu.” Los efectos de la actividad divina son visibles en la vida de cada verdadero cristiano.

 

El Nuevo Nacimiento es Misterioso

 

El nuevo nacimiento es misterioso: “Mas ni sabes de dónde viene, ni adónde va”(vs. 8) Nuevamente, este elemento de misterio es invariable en el nuevo nacimiento: ¡“Así es todo aquel que es nacido del Espíritu.”! Esto es una cosa sorprendente: ¡Nosotros “no sabemos” quien podrá ser el próximo! El Espíritu Santo es una Persona, y no podemos predecir como Él va a obrar. Él tal vez solo salve un alma, o Él querrá quizás salvar a tres mil a la vez. Aquellos que comercializan el evangelio por medio del “evangelismo telefónico” alegan que pueden predecir con una alta probabilidad cuantos tomarán “decisión para Cristo”. Tal predictibilidad comprueba solo una cosa: Estos “convertidos” son nada más que productos de psicología aplicada; ¡No son la obra del Espíritu de Dios! ¡El nuevo nacimiento es misterioso!

 

1 Hechos 2:37-41 2 Hechos 16:14

 

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